Cuando terminamos una relación
sabemos que se viene una gran tormenta de dolor; que queramos o no debemos
afrontar y hacernos cargo. Esta ola de dolor es pasajera y es casi inevitable
que suceda ante el cierre de un ciclo de amor, pues todo amor genera desamor;
además todo el mundo nos dice que el tiempo cura todo.
Pero que sucede cuando ha pasado
el tiempo y ese sentimiento sigue intacto en tu corazón, que sucede cuando tus
sentimientos parecen estar en una montaña rusa, días en los que sientes que la
estás olvidando, otros días en donde la vuelves a extrañar, algunos días la odias
por haberse ido y otros en su mayoría, como es mi caso, sigo perdidamente
enamorado. Estoy seguro que a muchos de ustedes les ha pasado o les está
pasando en estos momentos; depende mucho de las circunstancias por las que
terminaron, pero para mí no hay mayor dolor que cerrar una historia de amor
verdadero aun habiendo amor.
Existen infinidad de motivos para
terminar una relación, depende mucho del tiempo de duración; pero que sucede
cuando se trata de una relación con tan poco tiempo; una relación que estaba
apenas naciendo desde un cascarón y que injustamente se termina. Creo
ciegamente en que todo sucede por algo, siempre nos acostumbramos a creer en
eso de que la vida te quita algo para darte
algo mejor; pero como creerlo si pasa el tiempo y sigues enamorado de la misma
persona; quizás sea el amor de tu vida y en realidad la estás perdiendo.
Digo que por mi parte está
perdido, que todo está en el olvido; pero solo me estoy engañando a mí mismo
luchando contra la verdad porque prefiero negar este sentimiento que seguir
sufriendo. Seguramente muchos de ustedes aún están con el despecho, con el
rencor e incluso con el dolor de haber cerrado un capítulo en sus vidas muy
importante; mi mayor consejo es que luchen por ese amor que quizás les hizo
daño, pero que quizás también sea el amor de sus vidas. Sabemos claramente
darnos cuenta cuando un amor es de verdad, lo sabemos porque nos deja huella y
porque sigue en nuestra mente todos los días; porque a pesar del tiempo esa
persona sigue siendo tu musa inspiradora para soñar cada noche.
Suena fácil decir que luchen, lo
sé; esto consta de ambas partes. Yo luché y traté de arreglar las cosas pero no
se pudo porque ella así lo quiso; yo traté de salvar el amor que ambos
sentíamos en ese instante; pero su rencor inexplicable pudo más. Ahora he
aprendido a vivir sin ella, a vivir con el dolor de no tenerla, a vivir con la
esperanza de volver a amar algún día otra vez. Hoy vivo con el recuerdo de esa
historia tan verdadera, con el recuerdo de ese amor que se queda congelado en
el tiempo para siempre.
Y siempre me preguntaré si aún me
quiere…..
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